GREMIOS

 En 1210, el rey Alfonso IX, concede un Fuero a Coria y artesanos, campesinos y mercaderes vienen de otros lugares del reino a vivir a esta ciudad debido a la ventaja de no tener que pagar tributos a ningún señor y a la seguridad que les ofrecen las leyes contra actos vandálicos, abusos y que protegen a campesinos y ganaderos que disfrutan de dehesas comunales. Poco a poco los gremios de artesanos se establecen en las calles de la ciudad por oficios y actualmente algunas conservan su nombre.

LOS PAÑOS

La calle de los paños recuerda al oficio de los pañeros que elaboran  o comercializan tejidos.

EL HORNO

La calle del horno, paralela a la muralla por su parte exterior, tenía un horno municipal que se arrendaba por subasta pública a los panaderos. Hay constancia de que había otro similar en la actual calle del Cuerno, dentro de la muralla. El trigo se molía en las aceñas o molinos de trigo por los molineros que surtían de harina a los panaderos.

CARNICERÍA

La  calle Carnicería, dentro de la muralla y cerca del castillo, conserva el edificio de la carnicería municipal, en su fachada puede verse el año de construcción porque aún sigue conservando, justo encima de la gran arcada de medio punto de la puerta de entrada labrada en granito, la inscripción que alude al proceso de su construcción (1583). También viene representada por su escudo heráldico sin coronar. Poseía unas dimensiones totales de 19 varas de largo por 7 de fondo. Todos los días se traían a la ciudad rebaños enteros de toros, ovejas y cerdos, donde se los sacrificaba y se vendía su carne. La carnicería de la ciudad medieval era una de las más ricas y poderosas, ya que alimentaba a la gente con un producto del que ellos, como el pan, no podían prescindir. A menudo se sacrificaba el ganado en la calle, cerca de la carnicería, y allí se sacrificaban los cadáveres.

Otros oficios existentes en la Villa eran los Carpinteros, los Sastres, los Caleros, los Curtidores, los Zapateros, los Herreros y los Orfebres.

La ciudad disponía también de una alhóndiga, actual biblioteca de Coria, donde se almacenaba grano y otros alimentos como reserva por si hubiera una época de escasez.

En 1465 Coria pierde las libertades reales y pasa a manos del primer conde de Coria, D. Gutierrez de Solís y comienza a cobrarles impuestos.

Callejero conjunto monumental https://turismocoria.es/turismo/wp-content/uploads/2022/05/SAyto-Coria19111913131-pdf-724x1024.jpg



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